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La exposición del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires busca rescatar la obra más personal de Annemarie Heinrich, emblemática fotógrafa argentina del siglo XX conocida por sus retratos de estrellas del cine local.

Texto: Loris María Bestani – Fotos: Cortesía MALBA

Son imágenes de otra época y son también imágenes de todas las épocas. Hay mujeres delicadas, pícaras y enérgicas. ¿Es acaso el lente de la cámara de la fotógrafa Annemarie Heinrich la que logra extraer la chispa que hay en cada mujer retratada? Los formatos pequeños y las fotografías en blanco y negro concentran la fuerza expresiva de los personajes. E invitan al espectador a detenerse, a observar sin apuro, a deleitarse incluso, porque son fotografías que no lo asedian. Hay manos, muchas manos enfocadas. También hay sombras dentro de los cuerpos; y otras que se escapan de los mismos. ¿Son las sombras que cada uno carga? ¿Son aquéllas que la misma persona provoca en el afuera? Por su lado, los desnudos tienen una delicadeza y potencia sugestiva a las que el visitante está ahora desacostumbrado. Pareciera que la armonía es la búsqueda primordial de la fotógrafa nacida en Darmstadt, Alemania, en 1912 y fallecida en Buenos Aires en 2005.

Con una selección de noventa fotografías vintage (copias de época realizadas por la propia artista, producidas en tres los años ’30 y ’60), “Intenciones secretas” busca rescatar la obra más personal e íntima de Annemarie Heinrich. Curada por Victoria Giraudo y Agustín Pérez Rubio, revela una forma vanguardista de aproximarse al cuerpo y a la sensualidad femenina y devela a una pionera en el abordaje de la fotografía como arte.

CELEBRITIES VINTAGE

Heinrich aprendió a fotografiar en forma autodidacta y terminó convirtiéndose en un emblema de la fotografía argentina del siglo XX. En 1933, tres años después de haber abierto su estudio, comenzó a colaborar con revistas sociales. Así, durante cuarenta años ilustró las tapas de las revistas antena y Radiolandia y en la década del ‘40 se consagró por sus retratos de las estrellas del cine argentino. Incansable trabajadora, empezó en paralelo a retratar grandes figuras del Teatro Colón, algunas de las cuales pueden verse en el primer piso del MALBA.

La muestra plantea como hipótesis que la producción de Heinrich podría ser considerada como proto-feminista. En este sentido, Pérez Rubio comenta que la artista “ya planteaba fuertes cuestiones de género: fue una de las primeras mujeres que usó pantalones en Buenos Aires, y en los años ‘30 y ‘40 mantenía a su familia con su estudio de fotografía”. Por su parte, Giraudo considera que Heinrich es una de “las mujeres fuertes, que a principios de siglo querían cambiar un poco las cosas, empezar a tener su lugar, a votar, a manejar, a fumar”. Cualquiera sea la hipótesis, hay algo irrefutable en la obra exhibida que María Moreno describe con

acierto en el prólogo del libro sobre Heinrich de La Azotea Editorial. “Con la iluminación y la preferencia por el claroscuro, (la fotógrafa) solía cubrir la piel femenina con una tersura estatuaria -de una estatua en donde la carne no se haya transfigurado del todo-, «nacaraba», inventaba líneas, esculpía”, afirma. Y para los visitantes que queden con ganas de más, el MALBA preparó un catálogo castellano-inglés con las imágenes de la exposición y entrevistas y ensayos que echan luz sobre la artista y su producción.

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