Texto: María Laura Vidal Bazterrica – @itasflowers

El comienzo del otoño nos demanda mucho trabajo en nuestros espacios verdes. Más allá de cuántos metros cuadrados tengamos, el jardín, el balcón, la terraza o el patio, necesita de ciertas tareas para que la primavera lo encuentre bello y sano. Veamos los tips de cada sector.

  • Césped: en esta época nos conviene ir eliminando la maleza con productos específicos adquiridos en viveros y agropecuarias. También se puede extraer a mano fácilmente después de una lluvia. 
  • Canteros: prepararemos los canteros futuros con mucha materia orgánica, compost y humus de lombriz. Cavamos en profundidad unos 30 cm y mezclamos la tierra existente con materia orgánica nueva. Regamos unos días antes de plantar las especies nuevas o las que hayamos dividido. 
  • Multiplicación: es la mejor época para realizar división de matas de las herbáceas como Agapanthus, Hemerocallis, Tulbalgias, Iris, Clivias, Acorus, Salvias, Liriopes, Pasto Palmera, Pasto Inglés, Liriopes, entre otras más. 

Es momento de abonar los canteros con compost, humus de lombriz y con turba aquellas especies que necesiten PH ácido como son: Jazmín del Cabo, Camelias, Acer Palmatum, Calas, Hortensias, Azaleas, Anémonas japónicas, Salvias Procuren.

  • Árboles:  chequear que tutores y zuncho estén sanos, bien seguros y fijos al suelo. En este otoño, el viento comienza a soplar más fuerte, y si nuestros árboles pequeños se mueven, puede entrar aire en sus raíces y ser letal. La barrera contra hormigas debe seguir puesta pero renovada hasta la primavera que volveremos a  reponerla. 
  • Composteras: es fundamental  ir armándolas con hojas otoñales y residuos de cocina. Para una mayor eficiencia de nuestro compost, agregaremos materia por capas: una de césped, otra de residuos de cocina, otra de tierra común del jardín. Otra con restos de poda, otra de frutos. De esta manera, en capas diferentes, el compost se descompondrá más rápido y en forma más eficiente. No nos olvidemos que la aireación es el secreto de la descomposición. Para eso, deberemos removerlo seguido y destaparlo durante el día. 
  • Huerta: época de reposición d materia orgánica con estiércol. Podemos sembrar y plantar: acelga, achicoria, arvejas, espinaca, habaa, lechugas, perejil, puerro, cebolla de verdeo, ciboulette, rabanito, remolacha, cebolla, ajo, repollo y zanahoria. En cuanto a flores podemos sembrar: caléndulas, amapolas, alverjillas, fresias, jacintos, espuelas de caballero y bulbos (de floración fin del invierno).  
  • Suculentas y Cactus: el mayor enemigo de estas nobles plantas son las plagas: hongo y cochinilla. Generalmente sucede por exceso de riego o sustrato pobre. Aprovechemos la entrada del otoño para ayudarlas a vivir un invierno triunfante: armemos sus  sustratos de la  siguiente proporciones: dos partes de tierra negra, media parte de compost, media de perlita y vermiculita, un cuarto de arena o piedritas, y un poco de carbón vegetal. Así lograremos buen drenaje  y sanidad. 
  • Macetas: ya sabemos que tenemos que girarlas una vez al mes para evitar que formen espalda. Agreguemos compost y humus de lombriz. 
  • Trepadoras: todas las trepadoras que culminaron sus floración deberemos darle un suave despunte. A la Glicina, por ejemplo, recién cuando haya largado las ¾ partes de su follaje, la podaremos bastante dejándoles solo dos o tres yemas por ramas. ¡Florecerá como nunca en primavera!
  • Plantas de interior: cuando una planta de interior no ha funcionada bien durante dos períodos en el mismo lugar, no hay que insistir. Evidentemente no le guste el lugar. En esta época la cantidad de luz que reciben comienza a disminuir y algunas especies lo sufren. Acerquémoslas más a los ventanales, fertilicemos con humus de lombriz y compost, y estemos atentos al exceso de riego que es muy nocivo. 

Así de a poco, mes a mes iremos trabajando en nuestros espacios verdes, con el orgullo de ser protagonistas responsables de estos espacios.