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Cuáles son los secretos de este deporte que no para de crecer y que fue incluido en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El especialista en la materia, Tomás Luiggi Arias, nos da su impresión y cuenta su experiencia; Gael Dobar, la promesa.

Texto: Pablo Elías  –  Fotos: Pablo Elías @pabloeliasfotos

El skatebaording es un deporte reo, callejero y desfachatado. Criticado por su inclusión en  los Juegos de Tokio 2020 (será olímpico por primera vez) por carecer de reglas y juzgamiento, su esencia tiene una mística especial donde es imprescindible  coraje, valor y estilo. Tuvo su gran auge en los ochenta y su boom continúa hasta nuestros días. En 2013 se inauguró BA Parque Costanera, frente a Aeroaparque, uno de los más profesionales del país, y este mes se inaugurará otra pista similar en Bahía Grande, en Nordelta y en San Fernando.

Tomás Luiggi Arias, Coordinador de Medios de Quiksilver-DC Shoes Argentina lleva este deporte en el alma y lo practica desde la infancia: “Para mi sigue siendo un deporte del futuro porque de a poco la gente abre su cabeza y lo ve como una actividad que vale la pena intentar”, dice, y agrega: “La persona se nutre del skate porque conlleva mucha concentración, contemplación del terreno y del estado anímico de cada uno. Es introspectivo y saca lo mejor de uno, como si fuera meditación”. Y tiene su ciencia. Por ejemplo, para lograr una foto adecuada hay un instante preciso que lo llaman moment. Es un truco logrado si se atiende a la exacta posición de las piernas y de los hombros y a la rigurosa altura y forma del cuerpo. Para conseguirlo se requiere un nivel que se obtiene con horas y horas de práctica sobre la tabla.

Pero a diferencia de otros deportes, skatear es muy accesible. “Salís de tu casa y sólo necesitas una calle, una vereda con piso potable donde poder deslizarte. Se aprende enseguida mirando y practicando”, cuenta Luiggi Arias o el Peque, como le dicen. “Es un estilo de vida”, asegura.

Cada tanto le toca viajar junto con el grupo de skaters patrocinados por la marca para la que trabaja. Copenaghue, Chile, Nueva York, Perú… “Ir al exterior sirve para que este deporte se haga popular y crezca la industria. Hoy creo que es más importante que viajen a que compitan; que el skateboarding se manifieste en provincias donde no llega tanto como Chaco, Salta, Jujuy, La Rioja, Catamarca…”, profundiza. El año pasado Tomás también estuvo en California, la meca del skate, donde se corren los campeonatos más importantes y donde están los mejores skateparks. “Allá nos llevan muchos años de ventaja, sin embargo en Argentina hubo muchos competidores que nos representaron muy bien como Diego Bucchieri o, en la actualidad, Milton Martínez, que no para de viajar como atleta de las marcas más destacadas”

¿Cómo se detecta un talento?  

“Se detectan enseguida –cuenta Luiggi Arias- Es la forma natural que la persona tiene para expresarse sobre la tabla”. Uno de los virtuosos es Gael Dobar. Él empezó a andar cuando tenía 3 años y su madre no se lo impidió, pero le exigió ponerse un casco porque se tiraba de todos lados. Ahora con 11, hace trucos que son increíbles para su edad. Se lo puede encontrar en alguna pista conectando obstáculos de alto nivel a gran velocidad y haciendo buenas maniobras. Una vez, en un evento la gente de DC lo detectó y le propusieron ser parte del team. Gael se formó en los skateparks que hay diseminados por los los cien barrios porteños y ya conoce Mendoza, Bahía Blanca y Chubut. Le gustaría conocer más provincias del país y del exterior y sueña con California, España, Alemania y Rusia. ¿Por qué le gusta tanto este deporte? “Siento mucha adrenalina y mucha libertad. Me gustaría llegar a competir afuera para demostrar todo el poder del skate argentino”, finaliza Gael, un estandarte de la industria nacional.

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