Fotos: Rosario Lanusse – Textos y producción: Marina Maiztegui

Para esta mesa, tomamos como inspiración los textiles hechos en telar criollo en el monte santiagueño. Utilizamos como base la mesa de un artesano de Chilecito. Sobre ésta colocamos mantas de telar y las cruzamos de lado a lado, como si fueran individuales dobles. Elegimos una paleta de colores pastel y armamos un dégradé, que incluyó el celeste y el blanco, pero los combinamos con natural y rosa para no caer en la “mesa bandera”.

Una vez que decidimos que las mantas iban a ser las protagonistas, seleccionamos la vajilla. Intentamos que todo lo que estuviera sobre la mesa fuera de origen nacional. Usamos todo en madera de olivo.

Las flores también acompañaron el dégradé de las mantas. Todas las flores son nacionales. Para el color rosa, lisianthum; para el natural, margaritas y crisantemos fideo; para el blanco, rosas espray y conejitos; y para el celeste, limonium. Para completar la ambientación, colgamos una rama de la araña.

¿Qué le falta a una mesa de té? Cosas ricas. Por eso, preparamos los clásicos nacionales: pastafrola, alfajores de Maizena, rogel, churros, pastelitos y unas galletitas con forma de escarapela.