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En la habitación matrimonial, tres niñas están acostadas sobre la cama grande. Sus padres sentados al lado, escuchan con atención. Escuchan porque una de ellas está hablando. Con su dulce voz, que no deja de ser la de una niña de ocho años, explica cómo se sintió en el colegio, durante un juego de recreo con sus compañeras. Reina el silencio y un clima de familiaridad…

Esta es una postal típica de un encuentro profundo entre los integrantes de una familia. La comunicación, el núcleo de la reunión.

A este tipo de encuentros, Inés Ordóñez, fundadora del Centro de Espiritualidad Santa María, los llama Asambleas familiares. La profesora de Ciencias Religiosas, madre de ocho hijos y abuela de unos cuantos nietos, tuvo siempre la firme convicción de querer generar en su propia familia espacios de encuentro. Empezó a ponerlos en práctica junto con su marido ni bien nacieron sus primeros hijos. Comenzaron los lugares para el diálogo y para encontrarse “corazón con corazón”. Lo que ella no sabía es que así nacía lo que luego llamaría Asambleas familiares, una metodología de diálogo y encuentro que muchas familias ponen en práctica al día de hoy.

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“Es importante llegar al corazón del otro, ya que aquél es el lugar más profundo del ser humano, donde se encuentra la dimensión integral humana y donde se toman todas las decisiones”. Así introduce Inés la importancia de generar estos lugares de encuentro y comunicación entre los miembros de la familia.

Inés es una gran defensora de la familia, y asegura que la comunicación es el corazón de la misma. Pero para poder generar una buena comunicación en casa, es necesario, primero, vivir en un clima familiar agradable. “Debemos hacer de nuestra casa un lugar donde nos guste estar. Hay que hacer acogedor el hogar. Dejar afuera la carga que traemos del día y no cargarla en los chicos”.

Una vez que esto está dado, podemos empezar a pensar en las Asambleas familiares. ¿Pero qué son exactamente? Se trata de un espacio pautado de antemano al que se invita a asistir a todos los miembros de la familia (padres e hijos) y en el que se genera un encuentro para que cada uno cuente cómo está, desde el corazón. Escucha atenta, amorosa y contemplativa son los ingredientes esenciales para esta dinámica. Allí no se va a juzgar al otro ni a discutir, sino simplemente a escuchar y reflexionar sobre lo que se está diciendo.

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Sin dudas, una dinámica enriquecedora tanto para la familia en su conjunto como para cada individuo en particular. No sólo los padres tienen la oportunidad de saber cómo están sus hijos (que no es algo menor), sino que también los hijos tienen la posibilidad de escuchar a sus padres, conocerlos más y contagiarse de sus ganas de compartir. Así, cada uno llega a conocer el corazón del otro.

Inés practica esto hace muchos años, lo que la llevó a transmitirlo a muchas familias y hasta publicar un libro al respecto, Asambleas familiares. Hoy en día, da charlas en distintas instituciones, libres y gratuitas para todo aquel que quiera escuchar más sobre las Asambleas familiares y llevarlas a la práctica. Consejos y tips sobre cómo organizarlas, qué tener en cuenta y soluciones a posibles inconvenientes son seguidos de un testimonio familiar en el que el oyente se emociona al escuchar a padres e hijos contar su propia experiencia.

Un evento imperdible, una dinámica inolvidable, de la mano de una mujer que lleva varios años recorridos en todo lo que respecta al propio corazón.

¿Tenés ganas de escuchar una charla de Inés Ordóñez sobre Asambleas familiares? No te pierdas la próxima en Nordelta Iglesia Sagrada Familia, el 20 de octubre a las 20.30 hs. Entrada libre y gratuita. ¡No te la pierdas!

Texto: María Stellatelli

 

 

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