Texto: María Laura Vidal Bazterrica – @itasflowers  –  Fotos: Rosario Lanusse – @rochilanu

Un jardín diferente, con desniveles, aterrazado, con vista  a la laguna, es el jardín de esta familia con muchos hijos y amigos que disfrutan todos los espacios verdes de su lote. Una casa grande con diferentes materiales: piedra, madera, tarquini y un color rojo claro, casi rosado, en sus paredes es la arquitectura de esta vivienda con onda toscana. A nuestros clientes, un matrimonio con cinco hijos y muchos amigos, les gusta recibir en su casa utilizando todos el adentro y el afuera.

Trabajamos los accesos junto con los arquitectos, buscando la armonía entre el verde y los materiales inertes, como la piedra gris que se complementa tan bien con el color cemento. Nos reciben unos árboles llamados abedules junto a lirios germánicos blancos. Debajo del ventanal del taller de pintura, un cantero revestido en piedra alberga el romero de flor celeste, especie comestible.

Al ingresar a la vivienda, un patio con estanque nos anuncia que seremos bienvenidos al descubrir unos maceteros con cañas secas y lirios junto a un árbol llamado lapacho. También habitan cañas de ámbar, que tienen una flor muy perfumada en verano. Así, con pocas especies en la entrada, el propósito es que se luzca la arquitectura.

Los laterales, linderos con ambos vecinos, los trabajamos con arbustos perennes como calistemun salignus y ole texanas para lograr una rápida intimidad y a muy bajo mantenimiento.

Saliendo de la casa nos encontramos con una ancha galería dividida en dos; por un lado, un sector que acompaña la pileta sin techado y por el otro, un ambiente techado con una mesa grande con bancos junto a la parrilla.

La pileta, protagonista casi tanto como la laguna, tuvo su tiempo de diseño: borde infinito, piedra a la vista y con jacuzzi.

Por medio de una escalera, el jardín se divide en dos, sector pileta y sector parrilla, ambos de mucho uso. Las palmeras acompañan en altura el sector de la pileta, vista que se aprecia mejor en el tercer piso de la casa. Al estar aterrazado, el jardín va creando diferentes situaciones; a la derecha, un camastro de madera impone la hora del té con sus respectivos bancos y la sombra la proveen tres árboles llamados acacias frisias.

Canteros de agapanthus, hemerocalliz, lirios, burdel ias y poligalas acompañan a los diferentes sectores de sol del jardín. En el lateral derecho se diseñó un tortuguero, ya que los niños de la casa crían estos animalitos. Dentro, se plantaron especies comestibles para su alimentación: roe, isa, ciruelas, rosa china.

Un cantero principal de sombra que da a la galería está diseñado para que se luzca el perfume de las cañas de ámbar y del jazmín paraguayo, dos acer palmatun para sobresalir en otoño con su follaje bordó de anemona japónica que florece justo en la época de Pascua. Tres sauces babilonios hacen el efecto de paredes para lograr intimidad desde la laguna hacia la casa.

El muelle centrado con respecto al lote, hecho de madera de lapacho y con canteros de lirios violeta nos invita a zambullirnos. El lateral derecho funciona como acceso de servicio de la familia y amigos, y pistones de quebracho nos van señalando el camino hacia la galería y el jardín de atrás.

En el recorrido de ambos lados del camino nos perfuman las cañas de ámbar y alpinias con calas, hasta los ventanales del living y del comedor. Al filtro de la pileta se lo tapó con un cajón hecho del mismo deck del que está en la pileta, de lapacho.

La casa tiene dos terrazas muy grandes: una mira al frente y la otra a la laguna. Se colocaron macetas con especies que se riegan solas cuando llueve, esa fue la consigna cuando llegó la hora de elegirlas. Sedum autumn, cuyo follaje rosa/gris  acompaña muy bien el color de las paredes de la casa y visten la escalera. Las cañas japónicas nanas, junto a la especie melanthasia de follaje grande y verde intenso visten las macetas con forma de cubo en la terraza principal. Un jardín de bajo mantenimiento, con desniveles, trabajado hasta el más mínimo detalle, ya que los dueños de casa y los arquitectos son muy meticulosos. Los resultados están a la vista, nada está puesto por casualidad.