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Lucía Dumais es abogada y trabaja en microcentro. Un día, probó llegar hasta su oficina haciendo el recorrido en bici y nunca más se bajó. Al tiempo se abrió una cuenta de Instagram y hoy fomenta el uso de la bicicleta como un estilo de vida. “Vestirse elegante y andar en bici no son términos excluyentes”.

Texto: Juan Pablo Pizarro – Fotos: Marina Salinas

El barrio elegido para la nota es Casas de Santa María, en Villa Nueva, ideal para recorrerlo en bici. Con Lucía quedamos en encontrarnos ahí a eso de las cuatro y le insisto en que la puntualidad es clave porque si arrancamos más tarde se nos va la luz y las fotos ya no son lo mismo.

La primera pregunta que me hago es si me largo a pedalear desde casa para cubrir los doce kilómetros que me separan del barrio o si cargo la bici en el auto, estaciono a un par de cuadras y la bajo para llegar como si viniera pedaleando desde el fin del mundo. El orgullo me empuja a elegir la primera opción y me lanzo a la rutina de acomodar la bici para que no falle: inflo las ruedas, le ajusto el asiento por las dudas, chequeo el manubrio, le reviso los frenos. Todo okey. No me pongo calzas porque me da un poco de calor, en todo sentido, así que mejor me decido por unos jeans clásicos y zapatillas a tono. Hace tiempo que no me subo a una bici y eso se siente cuando los músculos empiezan a agarrotarse a mitad de camino. Un poco de elongación de cuádriceps y aductores y vuelvo a arrancar. El segundo tramo lo hago casi a velocidad babosa y llego al barrio unos minutos más tarde de lo convenido.

Casi al mismo tiempo Lucía llega en un auto más bien chico y me saluda muy simpática mientras se baja con una cachorra Jack Russell a los saltitos. Divina la perrita, pero no veo la bici. Me cuesta hablar con normalidad por el agite que me causaron esos doce kilómetros pedaleando justamente porque la entrevistada iba a venir en bici. Pero yo no veo ninguna. Hasta que Lucía abre el baúl de su autito, saca un bulto que puede sostener con una sola mano y en un rápido movimiento lo convierte en una bicicleta. Tremendo. Consciente de mis dificultades respiratorias para expresarme, se me adelanta y empieza a contarme sin que yo le pregunte nada.

Descubrió la bicicleta de casualidad

“Yo vivo en Palermo y trabajo en el Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, en pleno microcentro. Para llegar hasta ahí me tomo el tren hasta Retiro y de ahí el subte. Un día había paro de transporte y empecé a caminar porque no me quedaba otra, hasta que me topé con los puestos de bicicletas que alquila el gobierno. Y probé. Agarré una y le metí hasta el microcentro. La dejé a una cuadra y media de mi trabajo, un golazo, y casi no había transpirado. Al día siguiente repetí, y al siguiente redoblé la apuesta: me mandé con pantalones blancos, como probando si se podía llegar prolija. Llegué impecable y ahí me di cuenta de que la bici era lo mío

Pedaleando a todos lados

“Durante un tiempo usé bicis alquiladas, pero llegó un momento en que decidí comprarme una. Elegirla no fue fácil. No sabía si comprarme una playera, con cambios, de carrera. Hice un estudio de mercado y terminé comprándome una plegable. No me equivoqué. Tengo familia y amigos que viven en Zona Norte y es un golazo poder cargar la bici en el baúl y llevarla a donde quiera para usarla, por ejemplo, los fines de semana. Esto fue hace como tres años y desde ese momento empezó a ser mi medio de transporte principal. Que sea plegable es espectacular porque la llevo a todos lados. En el trabajo la meto debajo de un escritorio, y cuando voy al cine o al teatro la dejo plegada en un estacionamiento, que cobra una tarifa mínima”.

Debut absoluto en Instagram

“Hace cosa de un año fui a lo de unos amigos a tomar el té y en un momento el tema de conversación fue sobre los influencers, gente común que la pega con algo y de golpe tiene miles de personas que siguen cada uno de sus pasos. Para ese entonces, yo no tenía Instagram, no sabía ni que existía. Pero cuando escuché que había chicas normales que se mostraban usando ropa de tal o cual marca y generaban una movida, se me ocurrió que tal vez yo podía hacer algo parecido desde mi lugar. Era común que me vieran arriba de la bici y me dijeran ‘Ay, vos con esos tacos arriba de una bici’ o ‘No da llegar toda transpirada al trabajo’, cosas del estilo. Y entonces pensé que tal vez yo podría contar mi experiencia para que otra gente se copara. Así fue como nació mi cuenta de Instagram @chicasenbiciba, hace menos de un año. Me abrí la cuenta y enseguida subí tres fotos mías arriba de una bici. A partir de entonces, no sólo subo fotos propias, sino también las que me comparte la gente. Además tengo cuenta en Facebook. Es mi veta creativa; lo tomo como algo distinto a lo que hago todos los días en mi trabajo, que es mucho más rutinario”.

La bici-senda como una pasarela

“Arrancar en Instagram fue una experiencia espectacular. Me entusiasma mucho la posibilidad de contar lo bueno que está ir en bici sin perder ni un poco de feminidad. Se puede estar elegante arriba de una bicicleta y eso es lo que quiero mostrar. Para mí la bici-senda es como la nueva pasarela. Me encanta el concepto de que la moda va en bici y la bici está de moda. Está copado animarse a desafiar los estereotipos que hoy tratan de imponernos. Me parece que las redes sociales te dan margen para eso. No tenés que parecer una modelo para lograrlo. Podés ser linda y agradable a la vista del resto sin los prototipos que te exige la belleza de ahora. La moda está en la calle porque nosotras estamos en la calle”.

Mucho más que deporte o paseo

“Mucha gente piensa que ando mucho en bici porque soy deportista; nada que ver. También voy al gimnasio.La bicicleta es una cuestión de comodidad, es un medio de transporte sustentable. Lo que se busca desde @chicasenbiciba es mostrar e inspirar un estilo de vida con la bici como un medio de transporte diario, saliendo del concepto común del ciclismo como deporte o paseo de domingo. En la bici vas mucho más rápido que con cualquier otro medio de transporte, no dependés de otros y aprovechás mucho mejor tus tiempos. Y eso de que en la bici transpirás mucho es un mito, porque en la ciudad tenés que parar en casi todas las esquinas porque hay un semáforo o porque hay tráfico”.

 

En la tapa de Clarín

“Un día recibí en mi cuenta de Instagram un mensaje de una periodista que estaba escribiendo una nota sobre diferentes clases de bicicletas y me pidió que le respondiera un par de preguntas. Después me pidió sacarme unas fotos y posé junto a una vecina que es fanática de las bicis y a otro amigo más. En ese momento me dijeron que la nota saldría el jueves de esa semana, pero no salió nada. Parecía quedar ahí, pero el domingo a la mañana me mandó un mensaje el portero de mi edificio para felicitarme porque estaba en la tapa de Clarín. Esto fue en abril de este año y para mí fue una sorpresa enorme, y terminó dándole bastante más visibilidad a mi cuenta de Instagram”

 

Lucia dixit


Reconocimiento. “Un día me para un tipo en la calle y me dice ‘Ey, sos vos, la chica en bici. Entonces lo de la bici naranja y el casco es verdad, no sos un fake”.

Encuentros con amigas. “Cada vez que alguna de mis amigas organiza un encuentro, yo caigo en bici. No importa donde sea. Al principio apostaban entre ellas, pero ahora ya saben que siempre voy a caer en bici”.

Un estilo de vida. “Estoy en las redes porque me divierte lo que hago. Se acercan algunas marcas, pero lo que yo busco es promover un estilo de vida, lo otro es secundario”.

Sus fotos. “Tengo un fotógrafo personal, el encargado del edificio donde vivo. Una vez le pedí que me sacara una foto y ahora es automático: cada vez que me ve llegar del trabajo me saca una”.

 

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