Search
Close this search box.

Texto: Ximena Zaratiegui – @ximezara

El lápiz de platino es uno de los premios más reconocidos en el mundo de la publicidad. ¿Por qué hago esta metáfora con los robots? Porque en la publicidad, como en muchas otras ramas, la creatividad es la habilidad principal, habilidad que (por ahora) los robots no pueden desarrollar y que nos diferenciará de ellos el día de mañana.

Nos pasamos leyendo noticias y anuncios sobre la temible e irreversible invasión de los robots en el corto plazo. No creo que sea tan catastrófico como suena, pero sí que su acelerada evolución traerá cambios, que nos obligarán, no sólo aprender a convivir con ellos, sino también a adaptarnos.

Hace unas semanas, en un evento de la empresa donde trabajo, nombraron el último informe del Foro Económico Mundial sobre el futuro del trabajo. Decidí interiorizarme un poco más y encontré puntos súper interesantes. Este estudio vaticina que los avances tecnológicos y la digitalización de la industria podrían afectar, en los próximos años, a 7 millones de puestos de trabajo.

¿Robocop o R2D2?

Los robots hace varios años que están entre nosotros y se han encargado de facilitarnos la vida a pasos agigantados. El termino robot asusta. ¿Por qué? Supongo que fruto de horas de Netflix y de cine de ciencia ficción. Nos imaginamos a los robots con formas humanas y los vemos inevitablemente como una competencia. ¿Y si te digo que el lavarropas, la plancha, la cafetera y muchos otros electrodomésticos que usamos día a día fueron reemplazando puestos de trabajo en las últimas décadas? ¿No los vemos tan peligrosos ni atemorizantes no? Cualquier fábrica que visitemos hoy en día tiene automatizados muchos de sus procesos. Procesos que hace unos años eran llevados adelante con mano de obra humana, hoy ya no la necesitan. Repito, hace años que ellos están entre nosotros.

La cuarta revolución industrial

El estudio menciona una nueva revolución industrial, la cuarta. Habla de un mundo más inteligente y conectado, donde los medios de producción combinan tecnologías físicas, biológicas y digitales para funcionar. Porque no nos alcanzaba con la tercera revolución (la era digital), surge un nuevo paradigma que lleva adelante la robótica, el internet de las cosas, el machine learning, la nanotecnología, la impresión 3d, las redes sociales, la genética, la biotecnología, el transporte autónomo y la inteligencia artificial, entre otros. Esta cuarta revolución industrial no sólo va a cambiar el mundo en el que vivimos, sino los trabajos en los que estamos.

Así como muchos trabajos serán reemplazados por “robots” (me permito ponerlo entre comillas para que dejemos de imaginarnos al robot que lucho contra Will Smith en la tan taquillera “Yo Robot”), otros empleos serán generados por esta nueva era, empujados por las nuevas habilidades digitales.

No van a sustituirnos, todavía

Para nuestra tranquilidad, hay habilidades que las maquinas aún no pueden desarrollar y que marcarán el terreno para aquellos que queremos seguir creciendo en el mercado laboral. El Foro Económico Mundial trae al frente 10 competencias que deben tener los trabajadores del futuro para sobrevivir en esta nueva era: creatividad, gestión de personas, coordinación de equipos, solución de problemas complejos, pensamiento crítico, inteligencia emocional, toma de decisiones, flexibilidad y negociación cognitiva y orientación de servicio. La gran pregunta es… ¿Estamos trabajando para desarrollarlas? ¿Estamos educando a los que vienen para que puedan potenciarlas?

Las máquinas aplican patrones aprendidos, asimilan por repetición, guardan conceptos y algoritmos que luego replican y, por eso explica el informe, corren riesgo los puestos analíticos, numéricos y administrativos ya que los robots analizarán datos de una manera más eficiente.

Los seres humanos, como parte de nuestra esencia y genética, somos más flexibles y adaptables. La inteligencia emocional, social, creativa e intuitiva es lo que vamos a tener que potenciar y desarrollar. Hoy el conocimiento es accesible a todos, lo que nos va a diferenciar de los robots será la curiosidad.

Tenemos que re-entrenarnos, reinventarnos, pensar distinto y reformular el modo en el que veníamos preparándonos.

Para calmar un poco las aguas, creo que los robots no van a suplantarnos sino a ayudarnos. Al ocuparse de las tareas más repetitivas y operativas nos darán el lugar para pensar más estratégicamente, creativamente y darle un valor agregado a nuestra condición de seres humanos dentro del universo laboral.

El músculo de la creatividad

Según la Real Academia Española, la creatividad es la capacidad de crear. Dando un paso atrás, la inteligencia creativa, como un paraguas, abarca tanto la habilidad de tener nuevas ideas como la de generar soluciones de una forma original.

¿Por qué los publicistas decimos que es un músculo? Porque contrario a lo que muchos creen, la creatividad sí se puede ejercitar. Hay miles de técnicas para hacerlo, pero les dejo algunas para que arranquen:

¿Cómo nos preparamos para lo que se viene?

Como el nuevo paradigma es inevitable, nos queda transformar esto que consideramos una “amenaza” en oportunidad. Desarrollar todas estas capacidades que nos van a diferenciar a futuro de cualquier máquina es el camino.

Potenciar las cualidades que tienen que ver con la creatividad, la flexibilidad, la resolución de problemas, el pensamiento lateral. Las habilidades blandas, la relación con el otro, el trabajo en equipo. Incentivar la curiosidad y el aprendizaje continuo. Inspirarse e imaginar. Realizar actividades artísticas y manuales.

Esta nueva revolución, nos obliga a convertirnos en mejores pensadores de ideas, a imaginar más allá de lo aprendido y a seguir formándose día a día.

“Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres ordinarios. Ninguna máquina puede hacer el trabajo de un hombre extraordinario” – Elbert Hubbard

 

FUENTES:

http://www3.weforum.org/docs/WEF_Future_of_Jobs.pdf

http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=creatividad

¡LLEGASTE AL LÍMITE DE LECTURA DIARIO!

Logueate y seguí disfrutando de todo el contenido sin costo.