Un vivo que no tuvo desperdicio. Tan cálida, generosa y humilde, charlamos de todo un poco. Sus inicios, sus logros y las herramientas que la ayudaron a crecer. Transcribimos sus palabras y también podés revivir la entrevista completa.

El hallazgo de esta gran artista tiene una historia muy graciosa y única. Siendo alumna de @laslocales, el curso de fotografía y redes sociales que hacen @rochilanu y @soloparami, llegó a la clase con una coca bajo el brazo porque según la invitación, había que llevar “algo para tomar”. El error fue no seguir leyendo, porque la frase estaba incompleta: “algo para tomar NOTA”, continuaba. Siempre nos acordamos de este episodio y nos arranca una carcajada. El cuento quedó para la historia, y nos abrió la puerta para conocer más en profundidad a Flor Chedufau (@florchedufau), una escenógrafa de profesión que hace tres años encontró su mejor veta artística en la confección de murales, lienzos y, como dice ella, en el arte de #completarelvacio. 

“Las redes son una herramienta espectacular”, empieza Flor con una sonrisa de oreja a oreja. Es que mira para atrás, dimensiona el camino recorrido y no puede creer hasta dónde llegó. Su talento hizo el trabajo más profundo, eso está claro, pero saber comunicarlo fue el ingrediente clave para saltar al éxito. 

Familia de artistas

“Mi abuelo pintaba. Yo iba a visitarlo a su quinta en Pilar y mientras mi abuela escuchaba música francesa, me encantaba ver cómo mi abuelo pintaba” nos cuenta. Su mamá también pinta, es de la rama del arte contemporáneo, y tanto ella como su papá, la guiaron cuando salió del colegio y se anotó en la carrera de Escenografía y Vestuario. Cinco años después, con título en mano, no encontraba el camino. Pintó ropa, dió clases de pintura, hizo disfraces durante siete años con mil detalles para diferenciarse del resto. Pero no terminaba de sentirse plena con lo que hacía. 

En el 2017 fue el quiebre. En un té con su mamá, sus tías y sus hermanas encontró el apoyo para empezar algo nuevo y sacar desde adentro un arte bien auténtico. Y el entusiasmo se topó con la oportunidad. En esos días, la revista Living iba a hacer fotos a la casa de su hermana, quien le sugirió que le hiciera un mural para empezar a mostrarse. Esa pared pintada por ella fue tapa de la revista, y se convirtió en el primer clic para darse cuenta de que estaba frente a algo que, por fin, le llenaba el alma.

“Cuando pinté el primer mural sentí tanto placer que me cambió la vida”. En marzo de 2018 empezó a pintar, y sólo durante 2019, hizo 180 murales, ¡dos o tres por semana! Se emociona al ver su gran crecimiento y al ser consciente de la cantidad de hogares que transformó. “Es muy lindo entrar en las casas y descubrir lo que siente cada familia. Te van contando la historia de porqué quieren pintar el mural, y empezás a captar la carga emocional detrás de cada historia”.

Para lo murales, utiliza látex acrílico para interior o exterior, y va armando los colores según las tonalidades que va necesitando. En su paleta siempre están el blanco, el negro, el ocre, amarillos, rojos, azules, grises. ¿Sus preferidos? El blanco, el crudo, colores suaves que le transmiten tranquilidad. Cuando se trata de una pared en el exterior y de mucho tránsito usa Plavicon tapagoteras que es impermeabilizante y fácil de limpiar. 

Reinventarse en cuarentena

Ocho horas, en promedio, es lo que pinta Flor por día, y en general lo que tarda en terminar un mural entero. Y todavía no descubrimos cómo hace para no mancharse. ¡Encima es zurda! Sin usar delantal ni camisa vieja, se pone a trabajar vestida de punta en blanco y jamás arruina la ropa. Los contactos llegan por Instagram o por mail con algunos pedidos puntuales y otros más librados a la imaginación de Flor. Al reunirse con el cliente van delineando la composición: motivos, colores, tamaños. 

Desde que está en su casa encerrada sin poder seguir con su rutina habitual, Flor incorporó un nuevo elemento a su propuesta: pintura sobre lienzo. Es un producto a medida que le da la posibilidad de hacerlo en su casa, y entregarlo a los clientes vía correo. Los encargos no paran de llegar y, aunque el envío esté un poco más demorado de lo normal, Flor sigue en movimiento.

Todos los viernes a las seis y media de la tarde hace un vivo por IG en el que pinta y responde todas las dudas. Además, ofrece un tutorial a la venta donde muestra en diez minutos el paso a paso para pintar una lámina tropical. Inspiraciones, materiales, técnicas, colores, pinceladas, es una gran opción para hacer en cuarentena y se lo puede solicitar por mail. 

Flor pintando una gran selva amazónica para transformar una sala de reuniones en las oficinas de Eidico.

Explotando su talento

También, hace seis meses que lanzó junto a @grafica.21 un proyecto de empapelado. Son diferentes motivos para vestir una pared que se mandan por correo y son muy fáciles de colocar en casa con la ayuda de un spray, de agua y una esponja. Se compran por la web de Gráfica21.

Un mantel pintado por Flor en el que se refleja la flora y la fauna de las provincias donde Eidico plantó bandera con sus proyectos.

Y como el arte es creativo, Flor intervino muchas cosas con su impronta. Platos de sitio, muebles, puertas de chapa, un foodtruck. Y desde que la conocimos nunca dejó de ayudarnos: nos hizo un mantel gigante con la flora y fauna de nuestro país para festejar con una mesa los hitos y proyectos de Eidico a lo largo y ancho de la Argentina. Pintó también la O gigante de Fundación Oficios, y por último, un mural bien botánico en una sala de reuniones de nuestras oficinas. ¡Gracias Flor por tanto!

La O más famosa de Instagram es de Fundación Oficios y fue pintada por Flor, ¡un lujo!
¡Gracias por darle vida y color a nuestra sala de reuniones!

Flor desde adentro

“¿Qué tres virtudes te caracterizan?” Ante esta pregunta, Flor se pone incómoda. No le gusta hablar de ella misma, y deja ver que la humildad es una de ellas. Paciencia y simpleza completan la respuesta. 

¿Un consejo? “Cuando no estás conforme con lo que estás haciendo hay que animarse al cambio y tomar las oportunidades que se nos presentan. Decir a todas ellas que sí, porque al final, todo suma, de todo se aprende. Y no parar de trabajar, todos los días un poco más”, nos cuenta. 

Durante siete años, trabajó en su casa con los disfraces, y a partir de 2018 su rutina fue un gran cambio para toda su familia. La organización para poder estar cuando los chicos llegan del colegio requirió destreza y sus tiempos, pero hoy encontró su eje y nada la hace más feliz.

Workshops para todos

Las clases de Flor son para 23 personas, y entre ellas más de la mitad nunca agarraron un pincel. Van para distraerse, para relajarse y terminan disfrutando y aprendiendo muchísimo, ¡es una excelente profesora! En su casa, con una duración de cuatro horas, las clases se dictan un sábado o un viernes al mes de 10 a 14 h. 

También se sorprendió dando clases en Copas y Brochas, un encuentro de arte para no-artistas donde buscan que el público se amigue con el arte de la mano de grandes maestros y, como broche de oro, este año la habían invitado a pintar en un hotel cinco estrellas en Sudáfrica, postergado por supuesto, pero que seguramente se retomará y será un boom, ¡y todo gracias a Instagram! 

“Conocer a tanta gente generosa y ver cómo se va formando una comunidad en la que se recibe mucho más de lo que se da, es increíble. Las redes son muy poderosas”, termina Flor.

¿Querés ver la entrevista completa? Acá te la compartimos.

¡Gracias por esta entrevista tan linda!