Para los amantes del vino, y para aquellos que quieran iniciarse en este universo de sabores, maridajes, música y experiencia compartida, llegó Don Vinardo, una suscripción mensual con una vuelta de rosca.

Gustadores y catadores del buen vino, o por lo menos en camino de poder distinguir esas cualidades que lo elevan por encima de muchos otros; con la idea de dejar de pasearse durante horas por los pasillos del supermercado chino en busca de un tinto, un blanco o un rosado que sea digno de llevar al asado del fin de semana o a la primera comida con los suegros. Así surgió, entre Clara, Nicolás y Julián, un grupo de tres amigos, esta iniciativa innovadora y pensada a medida para dar con el producto perfecto. 

Simple, accesible, con continuidad y con el plus de ir aprendiendo de la mano de un experto con credenciales. Así soñaron Don Vinardo, y enseguida pusieron manos a la obra para hacerlo realidad. El equipo fue fundamental para lograrlo, y la división de tareas hizo que el trabajo sea coordinado y bien resuelto. 

Las caras detrás de este servicio son Clara, Nicolás y Julián. Clara, con años de experiencia en marketing y en retail, es la que hace que todo pase, de punta a punta del negocio. Además, es la que negocia con las bodegas las compras mensuales. Nicolás, Ingeniero Industrial con experiencia en logística y en supply chain, es la cabeza numérica y quien lleva adelante la operación; y Julián, también Ingeniero Industrial, es la figura de Marketing, y se encarga de las redes sociales, y de la relación con la agencia. También, junto con la sommelier, se ocupa del contenido de las fichas de todos los meses. 

Con sello autorizado

El profesionalismo en un emprendimiento empieza por buscar a aquellas personas que puedan contribuir con respaldo y habilitación para hablar de ciertos temas. En este caso, el objetivo fue encontrar una sommelier que sostenga el proyecto, le de forma y credibilidad. “Queríamos hablar de vino, pero reconocemos que no somos expertos, entonces necesitábamos a alguien que nos aporte ese conocimiento y que pueda guiarnos mes a mes”, señala Julián. Se toparon en el camino con Mariana Achaval, la Del Potro del vino, como les gusta decir a ellos, y pusieron primera.

Docente de CAVE, IAG, UADE, a esta Técnica en Gastronomía, Sommelier, y Actriz nacional, le fascinó el proyecto y no dudó en sumarse. Pero los chicos fueron sinceros desde el primer momento: “No tenemos un peso, pero confiá en nosotros, esto va a volar”, aseguraban. Y así fue. Voló. Fue un boom. Y todavía se sorprenden del recibimiento del público.

A la elección de los vinos de todos los meses, le sigue la composición de la historia, del costado más aspiracional de la pieza, que habla sobre cómo surgió cada maridaje, en qué está inspirada la unión, cuáles son sus características y por qué es apropiada para la época del año. El trabajo se completa asignando un plato para cada etiqueta. Y ya con el aval de Mariana, se repite un ritual: juntarse, degustar, discutir la historia, imaginarse con qué música se tomará cada ejemplar. Por último, se completan las fichas que irán dentro de las cajas de cada suscripción y se lanza el Don Vinardo al mercado.

Fascinante. La excusa perfecta para reunirse con una copa de por medio no la cambian por nada. Hoy llegaron a casi 300 suscriptores, un éxito rotundo que los sorprende día a día, pero no se engolosinan. Saben que para dar el próximo salto, es necesario ajustar ciertas tuercas y profesionalizar algunos procesos. Ser conscientes de lo que tienen que mejorar es el primer paso. 

Una jugada maestra

Fueron cautos y siguieron el instructivo sobre cómo crear un producto-servicio desde cero al pie de la letra. Ahora debían pensar la forma en la que debutarían de forma creativa. Así fue como el primer episodio de esta serie, como llaman ellos a la propuesta, fue un regalo para 50 afortunados. Se trataba de personas -no necesariamente familia y amigos cercanos- que, por algún motivo, era imprescindible que reciban la caja, degusten los vinos y devuelvan un feedback genuino, a través de una encuesta. Ese sería el gran testeo que buscaban para conocer en qué mejorar. Hoy, el 90% de esos afortunados, son suscriptores.

Campañas de Instagram, referidos, nuevos suscriptores. La verdadera satisfacción llegó con el feedback espontáneo de los primeros desconocidos. Fue comprobar que del otro lado estaba ese destinatario al que habían imaginado al arrancar: amante del vino, que buscaba conocer nuevas etiquetas. El plus de hacer la propia degustación y desafiarse con la cata hecha por la sommelier que se incluía en un sobre cerrado, fue lo que más gustó, porque invitaba al juego. 

Además, este año se desarrolló la unidad de negocios B2B para empresas. Con regalos de fin de año empezaron, pero también funcionará para fechas especiales y agasajos. Volúmenes grandes que se pueden customizar según las necesidades de cada empresa. Una puerta abierta para crecer en el 2020.

Navidad y un regalo innovador

Para Navidad y Año Nuevo, las cajas en formato regalo son el boom. La demanda se disparó en esta época y la razón estaba en el precio más que accesible. Por $990, además de dos vinos de excelente calidad, el bonus track de una experiencia para sumergirse en ese mundo de sabores. ¿Te quedaste sin regalo para tu amigo invisible? Un Don Vinardo nunca falla. ¡Queden atentos a los sorteos en IG!