Empezó como un hobbie, como una terapia activa y hoy los telares se volvieron su actividad principal. Madre de Maia, publicista y muy creativa, Loli supo reinventarse en una nueva faceta con nombre propio: @casafarben.

Publicista, community manager, fan de las manualidades y amante del aire libre. Así se describe Loli, la cara visible detrás de Casa Farben, un proyecto de telares y decoración que se expandió gracias a Instagram. A la par que trabajaba para otras marcas, Loli combinó sus conocimientos de redes sociales y comunicación, con su creatividad manual y se lanzó sin miedo al mundo emprendedor.

Con ayuda de su hermana en el aspecto contable, ella se ocupa de todo el resto: comprar la materia prima, confeccionar los telares y editar las fotos, la gran carta de presentación del producto, para lograr una cuenta con identidad de artista. Cada telar es único e irrepetible. Al hacerse artesanalmente, no hay dos iguales, y por eso cada uno lleva tiempo y dedicación. Primero se selecciona la gama de colores a utilizar, y el diseño es siempre personalizado. Una vez terminado, Loli lo sostiene con una vara rústica para darle ese toque creativo y original. 

Entre tijeras, centímetros, papel de madera, lanas, sogas, hilos, Loli armó en su casa su propio taller, de donde además salen otras ideas sobre decoración y DIY. También muestra  su día a día, que siempre está enmarcado en una estética especial, y contribuye a que otros  emprendedores crezcan recomendándolos.

Una rutina bien organizada es la clave

La pandemia vino a desestructurar la rutina de todos, y las madres con hijos en edad escolar pueden dar cuenta de eso. Hacer malabares pasa a ser el modus operandi de toda una familia, como le pasó a Loli. Pero aún así, mantener el orden es la mejor forma de seguir con una rutina lo más estable posible. Por eso, se organizó para dedicarse al telar durante la mañana, y tener la tarde libre para estar con Maia, su hija. Por supuesto, que cuando los pedidos se multiplican, la flexibilidad juega su papel para que todo fluya. 

Las redes sociales son el principal lugar de encuentro con su público. Y así como Loli es organizada con la compra de materia prima, también lo es con la calendarización de posteos, y el ida y vuelta con la audiencia. 

Agradecida por poder hacer lo que tanto le gusta, una de las mayores satisfacciones es ver que algo hecho con sus propias manos decora las casas de tantos. También, recibir fotos de las manualidades que muchos se lanzan a hacer con sus instrucciones la emociona mucho.

La familia, el principal sostén 

Loli es testigo de que su crecimiento y viabilidad es directamente proporcional al apoyo, recomendación y publicidad de su familia. Ese aliento constante y en ser los primeros en creer que algo chiquito podía llegar a convertirse en un gran proyecto fueron las alas necesarias para apostar al largo plazo. 

Y para lo que se viene, también cuenta con el empuje de aquellos que ven su progreso desde el día uno. Para el 2021 tiene pensado dictar talleres presenciales sobre telares, algo que le reclaman continuamente. A la vez, proyecta crear una línea de telares exclusiva para alguna marca de decoración. ¡Qué lindo es tener tantas metas por cumplir!