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A través del arte, el hombre logró cuestionar el mundo y ponerlo en tela de juicio para intentar comprenderlo. La Fundación 9,37 Sudestada tomó este concepto y se propuso un gran objetivo: acercar la actividad artística a la clase humilde.

A lo largo de los siglos, fueron los artistas los que se encargaron de representar la realidad con la intención de comprenderla. En la Antigüedad, el reto era reproducir la estética que se encontraba en la perfección, en lo sagrado, en la verdad, en la armonía del universo. En el Renacimiento, la belleza se concentró en plasmar el mundo tal cual es, dejando atrás la imagen simbólica de la Edad Media. Así se priorizó la imitación de la naturaleza y la ciencia colaboró para cambiar el paradigma. Más cercano en el tiempo, en el siglo XX, los artistas rechazaron la búsqueda de la belleza en todos sus aspectos hasta generar perplejidad y desprecio en algunos casos, y revelarse contra los grandes males de la modernidad. Pero, en todas sus representaciones, el arte siempre estuvo dirigido a cierta elite ilustrada,   culta y enciclopedista, jamás a las clases populares.

La interacción del arte con la comunidad es el propósito de la Fundación 9,37 Sudestada con sede en Tigre. El gran problema que vislumbró Gustavo Porta, su arquitecto-fundador, fue el prejuicio que sobrevuela en el ambiente artístico y que dice que a las clases sociales bajas no hay que proveerlas de contenido de buena calidad porque no logran comprender y asimilar su verdadero significado. Este convencionalismo viene de muchas décadas atrás donde lo válido se dictaminaba en base a una cotización arbitraria y el mercado estaba constituido por unos pocos actores. Hoy, con la tecnología al servicio, el arte logró democratizarse y llegar a sectores donde antes tenía las puertas cerradas por ignorancia.

Desde 9,37 Sudestada se busca brindar herramientas para poder participar del arte conscientemente y se hace foco en que las clases más vulnerables de la sociedad puedan tener la posibilidad de hacer una interpretación propia y personal de cada obra. Las apreciaciones puntuales del público sobre un cuadro, aún sin conocimientos de arte, son mucho más valiosas porque el arte así termina su recorrido y amplia su abanico de significados.

El arte está innato en la condición humana y se expresa de diferentes formas, a veces desde el placer, desde el cuestionamiento, desde el rechazo o desde la aceptación. El arte, que está presente desde el primer crayón que usamos en el jardín de infantes, tiene como desafío buscar la manera de no sepultarlo por completo a medida que pasan los años. Para esto, el objetivo está en volver a establecer el patrón del BIEN COMÚN en el arte, esto es viajar por unos instantes al pasado y adueñarse de lo que, según Porta, le falta a nuestra era: debate y discusión en el universo artístico que lleven a que el arte sea verdaderamente una nueva forma de entender el mundo.

Actualmente la fundación, con personería jurídica y ya declarada de interés nacional, provincial y municipal, es financiada a través de empresas privadas motivadas a aportar al bien social. Además, recibe aportes vecinales y está inserta en un programa de pasantías e intercambios con escuelas de arte de España, lo que hace que la fundación esté en continua sintonía con el acontecer del arte en Europa.

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